La miel de abeja
La miel de abeja es un producto que siempre ha recolectado el ser humano, desde las primeras civilizaciones, pasando por los egipcios, donde se refino la apicultura, hasta nuestros días, éste producto animal ha sido uno de los endulzantes más importantes en nuestra historia.
Hoy en día ésta es una industria global, con una demanda grandísima, lo que nos ha llevado a la creación de cultivos en masa de abejas melíferas del género apis, especie que es la responsable de generar miel. Sin embargo, esta producción en masa tiene un impacto ecológico, pues ha derivado en una disminución de abejas en todo el mundo; tanto de esta especie que puede estar mal nutrida al ser alimentada en invierno con productos de azúcar en sustitución a su miel, como de las otras especies que luchan contra las melíferas por los néctares de las flores cuando hay temporadas de escases de alimentos.
La relevancia de este problema es que las abejas son algunas de las especies polinizadoras más importantes para nuestros ecosistemas, por lo que una disminución en la población mundial de abejas puede tener consecuencias directas e incalculables para nuestras sociedades. Justo estos problemas hacen de todas las otras mieles, productos muy valiosos para siempre tomar en cuenta.
Entre estas mieles nos podemos encontrar con una variedad extraordinaria, como las melazas, «caramelos», con base de azucares o alguna de las mieles hechas a base de plantas como la miel de maple, de agave o de frutos como la de dátil y la de coco. Cada una con sabores muy propios, presentándonos una gran gama de posibilidades.
De igual forma, hay pequeños productores y productores conscientes, que las cultivan de manera sostenible o balanceada al tomar solamente los excedentes producidos, siempre respetando a las abejas y a sus ciclos.