Qué es un refrigerante?
Hoy en día tener un refrigerador es algo básico para un gran número de personas. Pero ¿cuánto sabemos en realidad acerca de los refrigerantes? Estos líquidos son fundamentales para la operación de estos aparatos, de una forma equiparable a la sangre que fluye dentro de cada uno de nosotros.
Un punto de partida perfecto para empezar a hablar de los refrigerantes es la primera máquina usada para hacer hielo. Ésta fue patentada en los años 1850s por el australiano-escoces James Harrison. Su sistema consistía en comprimir un gas a líquido y evaporarlo otra vez, formando un ciclo continuo. Éste fue considerado uno de los grandes avances del siglo, tanto así, que para finales de este mismo, la refrigeración basada en el ciclo de compresión/evaporación estaba siendo usada por la mayor parte del mundo industrializado.
En realidad, casi cualquier gas o mezcla de gases que pueda ser comprimido en un líquido, de tal forma que pueda ser considerado un refrigerante (sintéticos o naturales), el oxígeno incluido. Al inicio se buscaba encontrar el refrigerante más eficiente, pero el problema es que los primeros eran extremadamente flamables o tóxicos. Posteriormente, se buscó encontrar algún compuesto sintético libre de peligros y en el año 1920, los científicos descubrieron las propiedades de los clorofluorcarbonos (CFC) (R-12 o Freon-12): un compuesto hecho con flúor, carbono y cloro, que es no tóxico ni flamable. Un refrigerante muy eficiente, ya que se comprime a líquido fácilmente y se lleva mucho calor al evaporarse. Además, como sólo tiene una molécula y no es una mezcla, es demasiado estable, no se separa ni a diferentes alturas, ni presiones. El gran problema de los CFC’s es que se descompone con la luz ultravioleta.
En los 1970s, después de varias décadas de liberar toneladas de este compuesto hacia la atmosfera, los científicos M. J. Molina y F. S. Rowland advirtieron sobre el daño que generaba, específicamente, sobre la capa de ozono. Al subir con el aire a la estratósfera, donde el CFC se descompone por los rayos ultravioletas, los átomos de cloro se desprenden y se convierten en un catalizador que descompone a las moléculas inestables de ozono (O₃) en moléculas de oxigeno (o₂). El cloro no se consume con esta reacción, así que continúa avanzando por años. Esto significó un gran problema para la humanidad, ya que la capa de ozono funciona como un escudo que protege a todos los seres vivos de la radiación ultravioleta y perderla significaría, muy probablemente, el fin de la vida en la tierra.
Así, la industria tuvo que cambiar de refrigerante otra vez, pero los siguientes también vendrían acompañados de problemas. Hidroclorofluorocarbonos (HCFC) (R-22 y R-12) e hidrofluorocarbono (HFC) (R-410A, R-407C, R-134A) se convertirían en la respuesta al presentar características parecidas a los CFCs en eficiencia y estabilidad, con el benéfico de no dañar la capa de ozono, por lo que parecía haberse resuelto el problema. Años más tarde, con el avance de la investigación ambiental se determinó que el flúor contaba con una alta huella de carbono y de manera similar al cloro, éste se mantenía en la atmosfera por mucho tiempo, causando una afectación continua. Tras estos descubrimientos, se tomó la decisión de descontinuarlos por completo para el año 2030.
La industria de la refrigeración ha contribuido en un alto porcentaje a la disminución de la capa de ozono y al calentamiento global. El lado positivo de esta historia es que desde hace unos años la industria se ha unido a la tendencia global de sustentabilidad. Hoy, se utilizan compuestos como Hydroflouro-olefina (HFO) (R448A, R449A) que generan una menor cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero ya que se degradan de manera muy rápida, otra ventaja es que son compatibles con los sistemas de refrigeración existentes, inclusive pueden llegar sustituir a los HFC Y HCFCs en unidades ya funcionales. Por otro lado, se han vuelto a usar los primeros tipos de refrigerantes naturales. Gracias a los avances en la tecnología, se ha disminuido al mínimo los peligros que conllevaba usarlos.
La tecnología sigue avanzando y nuestras decisiones deben avanzar con ella, cada refrigerador, congelador y aire acondicionado que sea comprado de preferencia debe usar refrigerantes que no dañen al planeta, como en el pasado, nuestras decisiones afectan nuestro futuro.